os escribo esta fábula de mi invención,
para que no olvidéis que no hay que dejar de ser un niño,
ni aunque mil años pasen...
espero que os guste...
La vieja y el higo.
Una vieja pobre y con hambre tenia una higuera,
la cual regaba y cuidaba con mucho esmero...
y en su higuera, un único higo,
un sólo higo pero muy gordo,
gordo y vanidoso que miraba a diario
su reflejo en un espejo.
Un día la vieja le dijo al higo:
-Higo, ¿estás maduro?
El higo dijo:
-No, aún no!
Al día siguiente, la vieja hambrienta
volvió a preguntar al higo:
-Higo, ¿estás ya maduro?
El higo dijo:
-No, aún no!
Todos los días la vieja hambrienta preguntaba:
tengo hambre, ¿estas ya maduro?
y todos los días el higo respondía: aún no!!!!!
Un día un niño que estaba aburrido a la sombra de la higuera
le dijo al higo:
-Higo, ¿juegas conmigo?
-A mi déjame de tonterías, le respondió el higo.
Y la vieja que estaba cerca y le oyó,
cogió el higo y se lo comió.